El coleccionismo puede convertir simples objetos, aparentemente sin valor alguno, en verdaderas reliquias. Antigüedades o piezas únicas aparecen en los catálogos de portales online dedicados a la compraventa de objetos de segunda mano, donde los precios pueden alcanzar cifras astronómicas.
Entre los objetos más cotizados por los coleccionistas se encuentran las monedas. Y, para sorpresa de muchos, no es necesario dar con los vestigios de un antiguo tesoro o encontrar por azar una moneda tan defectuosa como única. En plataformas como Ebay aparecen anuncios de monedas de un euro cuyo coste se sitúa alrededor del millar de euros. Eso sí, es importante prestar especial atención a este tipo de anuncios y a las garantías que el vendedor ofrece para certificar la autenticidad del producto, ya que puede tratarse de estafas.
Monedas de dos euros
Con tipos y efigies que nada tienen que ver con los que estamos acostumbrados a observar en monedas de uno y dos euros, algunas de estas piezas de coleccionismo son ediciones especiales lanzadas con motivo de algún acontecimiento importante. Ejemplo de ello son las monedas de dos euros de la Jornada de la Juventud, que lleva grabadas diferentes referencias a la Ciudad del Vaticano según el año en que salieron al mercado.
Una de estas monedas de dos euros, que tiene un alto valor en el mercado de colecciones de monedas, es la moneda acuñada en Francia en 2001 llamada ‘árbol de la vida’, diseñada por Joaquín Jiménez.
Esta moneda puede valer 1.700 euros en algunos casos y hasta 5.000 en otros. Esta fluctuación en el valor depende de los errores de acuñación con los que se emitió esta moneda en concreto.
Entre todas las monedas de dos euros, la más preciada es la de Mónaco de 2007 con el rostro de la actriz estadounidense Grace Kelly grabado. Con un precio que ronda los 3.000 euros por ejemplar, algunos coleccionistas han llegado a tirar la casa por la ventana ofreciendo un total de 20.000 euros por estas ediciones.
También céntimos
También las monedas de menos valor, los céntimos, entran en esta conversación. Según su antigüedad y procedencia, el precio de estas piezas oscila entre los 200 euros, como es el caso de las pocas monedas que quedan de Bélgica 2004, y los 850 euros que llega a valer el ejemplar deformado de Francia 1999. Por otras opciones como las monedas de cinco céntimos del 2002 en Italia, Austria y Grecia también se puede conseguir un beneficio que en muchos casos supere el centenar de euros.